Su rol como militar comenzó a tener figuración en 1812 con el grado de coronel, cuando asumió como segundo comandante del ejército, que dirigido por su sobrino el brigadier Antonio Baraya Ricaurte, marchó para combatir a las Provincias Unidas que se oponían al gobierno del presidente Antonio Nariño.
Miguel Rodríguez años después sería fusilado en Cartago Una vez las tropas en Anserma que habían salido en busca de Sámano, el General Joaquín Ricaurte sale en su persecución y dispone de la tropa en Anserma, bajo el mando del Capitán Juan José Alcántara, con el fin de impedirle un receso hacia el este del Valle y la fuerza no fuera atacado por la vanguardia y retaguardia, mientras tanto el general Ricaurte, llamado “El Bola” regresa al tener conocimiento de las tropas españolas en Buga y va la vanguardia hasta el río Sonso, con un ejército al mando de Juan Runnel, compuesto por mil hombres, con la mayor cantidad de armas blancas y de fuego, 700 hombres a caballería, 200 lanceros y 100 fusileros, todo el Valle era patriota y el espionaje era grande.
El papel más prestigioso que jugó Runnel en los esfuerzos patriotas fue en la batalla de San Juanito.
Sus bandas irregulares se incorporaron al ejército patriota del coronel Joaquín de Ricaurte.
Esta acción militar permitió que Popayán fuera ocupada por las tropas del gobierno al mando del coronel Joaquín París, sobrino en segundo grado del general Ricaurte, quien pidió letras de cuartel y logró instalarse en su ciudad natal, para morir pocos meses después.
El general Ricaurte logró mantenerse oculto durante el periodo de la reconquista española.
Fueron padres de Timoteo, Joaquín, Manuel, Celestino, Ana Josefa, Indalecia, Blasina, Máximo Valerio Ricaurte Neira.