Para ello, Asimov tuvo que releer la Trilogía de la Fundación y, como él mismo dice, "respirando hondo, me puse manos a la obra".
Ésta debiera haber sido destruida, según la versión oficial, agotándose así sus superpoderes mentales que dirigían ocultamente los aconteceres del Imperio Galáctico.
Tras una serie de intrigas políticas, Trevize se verá obligado a exiliarse en una astronave, en compañía del historiador Janov Pelorat.
Pero una vez en el espacio, ambos decidirán dedicarse a la búsqueda del antiguo planeta Tierra.
En la Segunda Fundación, un joven Orador prometedor, Stor Gendibal, descubre que el Plan sigue ejecutándose perfectamente sin ninguna falla y supone que hay una fuerza más allá de la Segunda Fundación que mantiene el Plan en curso... de momento.