En esta ciudad se unió a un grupo teatral ambulante, consiguiendo un pequeño papel en Flora Dora, un musical de Broadway representado en 1920.
Además del trabajo con Ziegfeld, Jacqueline posó como una prestigiosa Dobbs Girl en las fotografías de Alfred Cheney Johnston.
Entre otros papeles importantes que hizo en los años veinte están los de Burning Sands (1922), Sixty Cents an Hour (1923), Java Head (1923), y A Man Must Live (1924).
Entre sus compañeros de reparto se incluyen Thomas Meighan, Milton Sills, Ricardo Cortez, Leatrice Joy, Richard Dix, y William Powell.
En 1926 Jacqueline rodó Footloose Widow, con Louise Fazenda, y Blood Ship, en 1927 junto a Richard Arlen.
Cuando se inició el cine sonoro, la voz de Jacqueline fue grabada para acompañar a su papel en la película muda original.
A ello siguió su trabajo en algunos de los primeros títulos del sonoro realizados por Columbia Pictures.
Justo antes de ello trabajó en Broadway en obras tales como Merrily We Roll Along y Two Strange Women.
Pasaba los inviernos en Florida, donde visitaba a amistades tales como Lila Lee y Dorothy Dalton, antiguas actrices.