El marrajo común es un gran tiburón con el cuerpo fusiforme, robusto, macizo y muy hidrodinámico.
Pedúnculo caudal deprimido y ensanchado por grandes quillas laterales muy largas.
Es de color azul oscuro en el dorso, más claro en los costados y blanco puro en el vientre.
Es muy buscado por los aficionados a la pesca deportiva ya que es muy combativo y potente.
[2] Al igual que los otros tiburones pertenecientes a la familia Lamnidae los marrajos mantienen una temperatura corporal superior a la del medio (son homeotermos) lo que les permite realizar una digestión más rápida, triplicar su fuerza muscular o actuar más rápidamente.
Cuando un marrajo tiene crías en su vientre, los embriones más desarrollados o las crías más desarrolladas se comen a sus hermanos y a los huevos, esta actividad de canibalismo se llama oofagia.
[1][2] Este tiburón es un poderoso y veloz cazador de todo tipo de presas; su dieta consiste en peces (pequeños como la caballa, el arenque, el jurel, la sardina, el bonito, el listado, la bacoreta, etc. o grandes como el atún rojo, el pez espada, los marlines y los peces vela) calamares, otros tiburones, tortugas marinas, marsopas, delfines e incluso se han dado casos de ataques a pequeños cetáceos debido a su gran tamaño y agresividad.
Debido a su gran tamaño, dentición y agresividad son considerados tiburones peligrosos, ya que se han registrado una serie de ataques, tanto provocados como sin provocar.
[3] Sin embargo, el marrajo consigue escapar a la lista de presas de su emparentado tiburón blanco, el otro gran predador marino, por los ambientes frecuentados por cada uno, ya que mientras el tiburón blanco es más frecuente en aguas cálidas y cercanas a la superficie, el marrajo es habitual en aguas profundas.
Dicha combinación de fuerza y velocidad les confiere a estos animales la capacidad de saltar muy alto fuera del agua, al igual que lo hace el tiburón blanco.