Los primeros están fuertemente adheridos a la ortodoxia teológica, al mismo tiempo que abrazan las nuevas formas de aprendizaje.
[4] Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XIII cuando se comenzó la expansión islámica.
La expansión islámica prosiguió al casarse dichos comerciantes con las mujeres locales, emparentándose los más acaudalados con la élite gobernante.
Como norma general, los comerciantes y la realeza de los principales reinos eran los primeros en adoptar la nueva religión.
[3] A finales del siglo XV, el poderoso imperio mayapajit en Java se encontraba ya en decadencia.
Tras ser derrotado en varias batallas, el último reino hindú en Java cayó bajo el creciente poder del islamizado sultanato de Demak en 1520.
La religión islámica en Java empezó en ese momento a expandirse formalmente, muy influenciada por el Wali Sanga (o los Nueve Santos).
Los holandeses en el siglo XVII debido a su riqueza lucrativa por los recursos naturales de la región y el comercio.
Las especias naturales del país incluían nuez moscada, pimienta y clavo, todas ellas muy apreciadas.
[6] Ya a principios del siglo XX el islam se convirtió en un llamamiento para resistir el colonialismo.
[3] Se produjo un movimiento inspirado por los sabios musulmanes Muhammad 'Abduh para volver a los escrituras originales de la religión.
A principios del siglo XX emergió la escuela musulmana modernista en Sumatra Occidental: Adabiah (1909), Diniyah Putri (1911) y Sumatera Thawalib (1915).
[6] En los años del Nuevo Orden durante la presidencia de Suharto se intensificó la fe religiosa entre los musulmanes.
Fundada en 1912, Muhammadiya posee mezquitas, oratorios, clínicas, orfanatos, albergues, escuelas, bibliotecas públicas y universidades.
Esto supuso su primera incursión formal de la organización en la política y generó polémica entre sus miembros.
Existen organizaciones islámicas menores en torno a una amplia gama de orientaciones doctrinales religiosas.
Otros grupos al otro lado del espectro son igual de controvertidos, como Hizbut Tahrir Indonesia, que promueve un califato panislámico, el Consejo Indonesio Mujahedeen, que apoya la implanatación de la Sharia como paso previo a un estado islámico, y los a veces violentos Frente Islámico Pembela.
[10] Al margen del predominio de la población suní en el país, una pequeña minoría pertenece a la comunidad Ahmadiyya.
Esta religión llegó a estas regiones probablemente bajo la forma de una tradición mística sufista.
Creen que estos espíritus habitan objetos naturales, seres humanos, materiales y tumbas de importantes wali (santos musulmanes).
Los tradicionalistas rechazaban normalmente el interés de los modernistas por absorber los principios educacionales y organizativos occidentales.
Tal división podría haber debilitado al islam como entidad política organizada, demostrado por la retirada del Nahdlatul Ulama de la política activa, pero como fuerza religiosa popular mostró signos de buena salud y capacidad para participar en debates nacionales.
Sin embargo, existen algunas restricciones sobre ciertos tipos de actividades religiosas y religiones no reconocidas.
El Ministerio de Asuntos Religiosos extiende su estatus oficial a seis creencias: Islam, catolicismo, protestantismo, budismo, hinduismo y confucianismo.
Esta decisión, vista como compromiso para satisfacer a los partidos islamistas, preparó el marco para un controvertido proyecto educativo ratificado en julio de 2003.
La administración de la ley marcial promovió la sharia como un paso positivo hacia la reconstrucción y reconciliación social.
Algunos activistas por los derechos humanos y los derechos de la mujer se quejaron de que su implementación se centraba en temas superficiales, tales como vestidos islámicos adecuados, mientras que ignoraba la moral arraigada y los problemas sociales como la corrupción.
Algunos días sagrados musulmanes, cristianos, hinduistas y budistas son a su vez fiestas nacionales.
[12] En el pasado, las mezquitas y otras instalaciones pertenecientes a los ahmadíes resultaron dañadas por musulmanes ofendidos en Indonesia; más recientemente se han producido concentraciones reclamando que se prohíba la secta y algunos clérigos religiosos han solicitado la muerte de los ahmadíes.