Todos ellos fueron rápidamente derrotados por el gobierno; sin embargo, eran prueba del descontento social en el país.
Las elecciones finalmente se celebraron con gran orden; sin embargo, el caos provocado por las campañas previas impidió conseguir un resultado definitivo y universalmente aceptado.
Buscando calmar la situación, Santiago Mariño planeó reunirse con el general José Antonio Páez, el hombre fuerte del régimen conservador, en Maracay y con el candidato derrotado Antonio Leocadio Guzmán, que residía en Caracas, para lograr un acuerdo con la oposición.
El 2 de septiembre Guzmán estaba en La Victoria, cuando en la madrugada se alzó Francisco José Rangel en un sitio llamado Tacusuruma,[4] cerca del pueblo de Magdaleno, porque las autoridades les arrebataron sus tierras y le impidieron votar en las recientes elecciones.
[5] Quedaron guerrillas repartidas por el territorio venezolano y el caos permitió un fuerte aumento de la delincuencia común, habiendo bandas de forajidos que atacaban a todo mundo sin trasfondo político.