Locura

Se designó como locura, hasta final del siglo XIX, a un determinado comportamiento que rechazaba las normas sociales establecidas.[3]​ Antiguamente, se creía que era consecuencia de maniobras sobrenaturales, o netamente demoníacas.Una vez desaparecida la lepra, su lugar es tomado por las enfermedades venéreas, que pronto pasan a ser consideradas asuntos médicos.Dicha nave fue utilizada para eliminar del territorio a estos seres molestos que ponían en riesgo la seguridad de los ciudadanos.Los papeles se invierten y dejan ver que una no podría sobrevivir sin la otra, pues ambas son una misma cosa que, en determinados momentos, se desdobla para revalidar su necesaria presencia en el mundo.Las características perceptibles de la locura abarcan un área amplia entre la actividad frenética y la catatonia.Tanto la estética como el diagnóstico médico de la enfermedad son a menudo proyecciones, que pueden expresar la realidad distorsionadamente, o directamente estereotipos.Critica al hombre el apego a sí mismo y su incapacidad de ver, en la mentira, la verdad.La literatura de la modernidad ha encontrado en la locura un paradigma creativo respecto al uso poético del lenguaje; a ella se han remitido principalmente los artistas del romanticismo, viendo la locura sin esa perspectiva «crítica» y admitiendo sus mecanismos lingüísticos como juegos de puro lenguaje creativo.[4]​ Por su parte, Ayoze González, siguiendo a Montero, escribe en Pensando Juntos (2023): «el reconocimiento es la única manera en la que los delirios se tornan en apariencia de cordura».La locura hace dudar a muchos, ya que la cualidad de los estultos es el ser francos y veraces.«Todo cuanto lleva el necio en el pecho, lo traduce a la cara y lo expresa la palabra.En el siglo XV, el hombre comienza a establecer los hechos del mundo de otra manera.El lunatismo es un estado de locura temporal que suele concordar con las fases lunares, principalmente con la luna llena.En la Edad Media (y aún hoy) contribuyó a la creencia de la licantropía (hombre lobo).Loco de amor, por ejemplo, se utiliza para indicar que alguien experimenta dicha emoción en un grado superlativo.En Argentina, Chile, Nicaragua, Perú , Cuba y la Angloesfera se utiliza también en la jerga popular para indicar a alguien extrovertido, que comete actos temerarios o incluso como forma amistosa de referirse a otra persona sin usar su nombre.Cabe destacar que también la palabra loco pudiera ser tomada como un término peyorativo, especialmente para quienes sufren de trastornos como por ejemplo: En la lengua española existen numerosas expresiones populares eufemísticas para referirse a la locura:
Grabado de la octava impresión de William Hogarth en A Rake's Progress que representa reclusos en el Hospital Real de Bethlem
«Kate la loca» (1806/07) de J. H. Füssli
El sueño de la razón produce monstruos , grabado de Goya .
«Casa de locos» de Francisco de Goya (1746-1828)