Este rápidamente se extendió a los Países Bajos y el norte de Alemania.
Al principio fueron conocidos como los "seguidores de Menno", pero pronto se los llamó "menonitas" a secas.
Uno de los principios más importantes de los menonitas es el rechazo a la imposición del bautismo a los recién nacidos, ya que estos aún no cuentan con el discernimiento necesario para tomar dimensión del bautismo en sí.
Años más tarde, los menonitas radicados en Prusia también se sumaron a la invitación y fundaron colonias menonitas tanto en la región del río Volga como en la zona de Crimea, la cual había sido conquistada al Imperio otomano y sumada así al Imperio ruso, bajo el nombre de Nueva Rusia (actual Ucrania).
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán logró salvar a varios miles de menonitas en su avance sobre tierras soviéticas, los que así pudieron emigrar hacia Alemania y, desde allí, a diferentes países del continente americano.
[5] Para 1927 ya se habían establecido 10 000 menonitas en México, repartidos entre los estados de Chihuahua, Durango y Guanajuato.
[6] Hoy en día hay menonitas en casi todos los estados mexicanos e inclusive en la Ciudad de México, pero las comunidades más arraigadas se han establecido en Chihuahua, Durango, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Zacatecas, Campeche, Quintana Roo y Tamaulipas.
En enero 25 arreglaron sus trámites migratorios con el gobierno norteamericano y obtuvieron las visas del cónsul mexicano para viajar a El Paso, Texas.