[4] Posiblemente, la modelo para la Virgen, en ambas obras, fuera María Manuela, hija del pintor y de su tercera esposa.
Como en aquel lienzo, también aquí la Virgen dirige su rostro y sus manos abiertas hacia el Cielo.
Bajo sus pies, aparecen las habituales cabecitas de ángeles y una luna redonda apenas esbozada.
Debajo, un paisaje plateado y etéreo —levemente pintado— donde son algo más evidentes algunos símbolos de las letanías marianas correspondientes a la tierra.
Efectivamente, su firma aparece en una cartela en trampantojo, pegada a la tela por un sello de cera roja, de forma que sus bordes aparentan haberse despegado, doblándose y proyectando su sombra en la superficie del lienzo.