Su estilo como pintor es algo provinciano, influido por los manieristas romanos sucesores de Pellegrino Tibaldi y Michelangelo Buonarroti.
Intentó dotar a sus figuras de una gran expresividad, con frecuencia demasiada, lo que le hace caer en la sensiblería.
Colaboró en diversos proyectos con otros pintores afines (sobre todo ideológicamente) a su estilo como Scipione Pulzone o Gaspare Celio.
Sin embargo, su legado pictórico es mínimo, mostrándose como un ejecutante torpe aunque con alguna capacidad de transmitir intensidad emocional a sus obras.
Este edificio, tradicionalmente adjudicado a Bartolomeo Ammanati y fundado por el papa Gregorio XIII, es ahora aceptado como obra de Valeriano, en colaboración con Giacomo della Porta.