Está ubicada en la Iglesia de San Julián, en Sevilla (Andalucía, España).
La imagen fue originalmente asignada a Martínez Montañés, atribución defendida en 2002 por el historiador del arte Emilio Gómez Piñol, quien además sitúa la obra próxima al círculo escultórico de San Isidoro,[1] si bien con el paso del tiempo se terminaría considerando a Alonso Cano como autor de la talla, tesis que se mantiene en la actualidad.
La Inmaculada, de 1,41 metros y realizada en madera policromada y estofada, sigue muy de cerca el esquema artístico impuesto por Montañés, razón por la que en principio se le atribuyó su factura.
A diferencia de La Cieguecita, la Inmaculada de Cano no presenta los brazos desplazados y ambas manos se sitúan delante del pecho, lo que crea una disposición claramente frontal, si bien esta frontalidad se quiebra gracias al contrapposto creado por el ligero desplazamiento de la pierna derecha, lo que rompe a su vez el hieratismo y la estaticidad en la que podría haber caído la obra.
Esta característica permitió que la talla pudiese ser atribuida con mayor seguridad a Cano puesto que en las Inmaculadas de Montañés es típica la reproducción de una o tres cabezas.