Algunos alimentos que necesitan iniciadores para provocar su fermentación son el yogur, la cerveza o el chucrut.
Los microorganismos típicos usados para iniciar una fermentación son: Rhizopus, Aspergillus, Mucor, Amylomyces, Endomycopsis, Saccharomyces, Hansenula anomala, Lactobacillus, Acetobacter, etc. A menudo los iniciadores de la fermentación desencadenan un microbioma mixta,[2] rara vez de un solo tipo.
Debido al papel competitivo de los microorganismos, los iniciadores son apropiados para prevenir el crecimiento de microorganismos no-deseados y beneficiar a aquellos que proporcionan una buena fermentación.
[4] Por lo general, los iniciadores se venden en forma de suspensiones o polvos liofilizados,[4] o en formato de granos, semillas, o líquidos nutrientes que han sido bien colonizados por estos microorganismos utilizados en la fermentación.
Algunos iniciadores tradicionales de distintas culturas del mundo: