El término microbioma proviene del griego micro ('pequeño') bios ('vida'), usado por primera vez por J. L. Mohr en 1952 para hacer referencia a los microorganismos presentes en un entorno específico.
El término, por tanto, no sólo se refiere a los microorganismos implicados, sino que también abarca su teatro de actividad».
[2] En 2020, varios expertos en este campo plantearon una definición del microbioma basada en la original, caracterizada por ser compacta y clara.
Así pues, no solo se basa en este conjunto de microorganismos sino que también incluye sus genomas y distintos metabolitos, además de las condiciones ambientales a las que están sometidos y su interrelación con el organismo huésped.
Las tecnologías mutliómicas como el metatranscriptoma, metaproteoma y metaboloma, proporcionan información detallada sobre las distintas actividades microbianas en el medio ambiente.
Todo esto supone una complejidad añadida en cuanto al concepto básico de la ecología del microbioma.
Muchas definiciones actuales no captan esta complejidad y describen al microbioma abarcando únicamente el concepto de genomas microbianos (ver tabla ↓).
[16][3] Sin embargo, la integración de los fagos, virus, plásmidos y elementos genéticos móviles es un aspecto más controvertido en la definición del microbioma.
[16][3] Es por este motivo que, a diferencia de la microbiota que se puede estudiar por separado, el microbioma siempre está compuesto por todos los miembros, los cuales interactúan entre sí, viven en el mismo hábitat y forman juntos su nicho ecológico.
Habitualmente, presenta una mayor cantidad de genes codificados que el propio genoma del organismo.
Además, esto permitiría obtener mejores resultados en la producción de alimentos, piensos y fibras agrícolas.
[34] Todos los animales de la Tierra forman asociaciones con microorganismos, incluidos los protistas, las bacterias, las arqueas, los hongos y los virus.
En el océano, las relaciones entre animales y microbios se han explorado históricamente en sistemas de un solo huésped-simbionte.
Sin embargo, nuevas exploraciones que han estado enfocadas a la diversidad de microorganismos asociados a distintos huéspedes animales marinos, ahora están moviendo el campo hacia estudios cuya intención es abordar las interacciones entre el animal huésped y un microbioma de múltiples miembros.
Al no contener boca ni sistema digestivo o excretor, necesitan ayuda externa para su nutrición.
Por ese motivo, se nutren gracias a un conjunto de endosimbiontes bacterianos extracelulares que residen en el uso coordinado del azufre presente en el medio ambiente.
[42] En este sistema se han aplicado tecnologías ómicas, como la transcriptómica y la proteómica, para examinar las interacciones huésped-microbioma.
[66] Desde el nacimiento, el organismo reúne los microbios que conforman su microbiota en función de diferentes factores y situaciones.
Durante los primeros años de vida, la microbiota es uniforme y poco diversa, por lo que es muy susceptible a diferentes cambios.
Por otro lado, estos ecosistemas microbianos también varían según la zona del cuerpo en la que se encuentran.
Adicionalmente, cabe destacar que el microbioma está estrechamente relacionado con la salud y las enfermedades humanas, induciendo o agravando estos trastornos según su localización (ver tabla↓).
[63] Otros: Gardnerella, Prevotella, Atopobium El intestino humano alberga el microbioma intestinal, compuesto por una comunidad microbiana compleja y alrededor de 10.000.000 genes involucrados.
[70] Por este motivo, aunque haya diversos géneros comunes como los Bacteroidetes y los Firmicutes, se considera que es específica de cada individuo.
[63] Particularmente, se ha observado un rol claro en el desarrollo de la obesidad y enfermedades metabólicas asociadas como la Diabetes mellitus tipo II.
Estas dominan frente a la colonización de microorganismos patógenos, cuya protección se da mediante tres mecanismos.
Las comunidades microbianas consisten en una variedad de microorganismos que incluyen eucariotas, arqueas, bacterias y virus.
[19] Este proyecto ha sido sustantado por National Institutes of Health (NIH) Common Fund desde 2007 hasta 2016.
De esta manera, se proporciona información sobre la actividad microbiana que ocurre durante la disbiosis.
En la actualidad, este proyecto ha obtenido 31.596 muestras y se han llevado a cabo 18 estudios.
[80] Además, se propuso caracterizar la Tierra mediante parámetros ambientales espaciales en diferentes biomas y luego explorarlos usando muestras extraídas alrededor del mundo.