Indumentaria tradicional de Madrid

Obras complementarias en ese periodo del cambio de siglo serían también: la Bestimenta que usan los contabandistas españoles, dibujada y grabada por Marcos Téllez, y toda una serie de estampas críticas o satíricas que ironizaban sobre la moda.

[9]​ Pueden diferenciarse varios segmentos históricos básicos en la evolución de la indumentaria tradicional en Madrid.

[19]​[20]​ Puede considerarse así el traje usado en Madrid desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX y que fue adoptado por las clases altas copiándolo de los trajes populares, siguiendo en parte las consignas de sobriedad y populismo exportadas a toda Europa por la Revolución Francesa.

Simplificando mucho: La mujer 'goyesca' luce un corpiño ajustado en tejidos ricos (casi siempre terciopelos) muy escotado y un pañuelo, pañoleta, chal o mantón que lo envuelve o cubre parcialmente; camisa de mangas con farol en los hombros y luego ajustadas; redecilla a la cabeza o pelo con caprichosos peinados y adornos de cintas (del tipo caramba); conjunto de faldas de vuelo desde la cintura, y ocasionalmente, mandil.

[23]​ El majo u hombre goyesco viste esencialmente camisa blanca, fajín, chaquetilla corta abotonada y adornada con bordados (o chaleco); pañuelo al cuello haciendo juego con el fajín; pantalón ajustado y llega hasta debajo de las rodillas, mostrando las calzas o medias blancas.

También usa redecilla bordada negra a la cabeza, rematada por una borla o "madroño" en su extremo.

[24]​[10]​ El Romanticismo, en la médula espinal del siglo XX, supuso para ropa interior de la mujer el primer gran paso hacia la fantasía y la variedad.

Desde mediados del siglo XX se ha tendido a confundir la tradicional indumentaria madrileña con una variante localista del traje típico, la ropa más o menos "castiza" de los chulapos y chulapas (también llamados manolos y manolas, herederos cosmopolitas de majos y majas del siglo XIX).

Las "Mari Pepas" o "Palomas" llevan el pelo recogido en un moño alto que cubren con un pañuelo a la cabeza -que las hace más altas y coronadas- que adornan indefectiblemente con clavel rojo o blanco; el torso cubierto por blusa blanca y ajustada, y de cintura para abajo con falda de lunares, o la opción del vestido completo de lunares desde la garganta hasta los pies; como complemento castizo más singular, la mantilla o el mantón de Manila.

Dibujo (alegoría del Madrid de la segunda mitad del siglo XIX) con varios tipos castizos ante el Café Suizo (a la derecha de la imagen puede verse un cartel de la proclamación de la República Federal que sitúa la época en 1873).
Estampa de Antonio Rodríguez, publicada en 1801, representando el modo de vestir de un mozo de tahona en el Madrid del umbral del siglo XIX .
Vestido de gala de una dama de la corte española hacia 1530. Ilustración de Christoph Weiditz , para el Trachtenbuch ( Museo Nacional Germano ).
Personajes con indumentaria goyesca en el baile-juego de La gallina ciega , pintados por Goya en 1789. Museo del Prado (Madrid).
Autorretrato de Goya con tricornio.
Grabado de los momentos previos al motín de Esquilache de 1766. Los madrileños cambian a regañadientes su capa larga y sombrero chambergo por la capa corta y el sombrero de tres picos.