Indigenismo

[5]​ Sin embargo, durante el siglo XIX, en los nuevos estados independientes hispanoamericanos, la preocupación indigenista perdió relevancia.

[cita requerida] En México, las políticas indigenistas comenzaron a tomar forma con la Revolución de 1910.

Tras la derrota militar de los pueblos originarios a finales del siglo XIX, tanto EE.

Sin embargo, en los años veinte, las precarias condiciones económicas y sociales en estos territorios generaron críticas.

En respuesta, el presidente Franklin D. Roosevelt promovió una nueva política indigenista: designó a John Collier como Comisionado del Bureau of Indian Affairs, cargo que ocupó entre 1933 y 1945.

La idea fue debatida formalmente en la Octava Conferencia Panamericana (Lima 1938) y derivó en la creación del Primer Congreso Indigenista Interamericano, celebrado en 1940 en Pátzcuaro, México (originalmente planificado para La Paz, Bolivia).

fue inaugurado y, tras la inesperada muerte de Moisés Sáenz, su principal impulsor, Manuel Gamio asumió la dirección del instituto, cargo que mantuvo hasta su fallecimiento en 1960.

[7]​Sin embargo, han surgido corrientes críticas, como el «anarcoindigenismo», que promueven un indigenismo ajeno a la política estatal, vinculado al anarquismo.

Para el indigenismo del siglo XX, el indio es una categoría específica de orden fundamentalmente socioeconómico, en tanto que la distinción étnica pasa a un carácter secundario.

Ciro Alegría presenta la condición dramática de las comunidades en la sierra norte en El mundo es ancho y ajeno.

Lima se convirtió así en el principal baluarte de estos intelectuales que buscaban la integración del indio a la sociedad.

Así, se logró el reconocimiento constitucional de las instituciones comunales de tradición indígena (como el Ayllu), y dio su apoyo inicial a los movimientos universitarios que pedían reformas políticas y económicas, en el que se incluía a los movimientos indigenistas, movilizándose a los núcleos intelectuales regionales y creándose las condiciones materiales y culturales propicias para el surgimiento de la primera generación de la intelligentsia política peruana que daría forma a los grupos que defendían causas populares (como los indigenistas) en los años venideros.

La propuesta tuvo como objetivo estructurar el sistema escolar en Unidades Geosociales; precisamente, aspiraba a conformar una unidad educativa con las escuelas que guardaban semejanzas geográficas, económicas, sociales e históricas.

El éxito de esta propuesta educativa posibilitaría su réplica en todo el Perú, con la que se lograría reducir la dispersión y el aislamiento padecidos por la escuela en los Andes (Valcárcel, 1948, p. 30).

Bonfil cuestionó los estudios antropológicos cque se enfocaban exclusivamente en comunidades o etnias sin articular un análisis estructural de la sociedad global.

Argumentó que la explotación de los pueblos indígenas fue esencial en la economía colonial y continuó mediante formas indirectas dentro del sistema capitalista internacional.

Bonfil rechazó el indigenismo paternalista que buscaba "salvar al indio de sí mismo".

El indigenismo etnocentrista ha perdido terreno ante enfoques pluriculturales, aunque el debate sigue vigente en el siglo XXI.

La sociológa Marie-Chantal Barre señala que la política indigenista no aborda el problema de fondo.

Esta integración implica un proceso unilateral de aculturación, donde la identidad indígena se diluye en favor del sistema dominante.

Los taínos fueron el primer pueblo indígena con el que Colón contactó tras la llegada al Nuevo Mundo. Entonces habitaban buena parte del Caribe, desde lo que hoy son las Bahamas a Cuba, Jamaica, la Española o Puerto Rico. [ 1 ]
Los muralistas a menudo fueron influenciados por la leyenda negra sobre España y la dialéctica marxista de la lucha de clases, representando a los pueblos autóctonos como la clase oprimida (una analogía del trabajador y el proletariado) mientras que la clase gobernante burguesa vendría a ser representada por los españoles, los criollos, los mestizos ricos y la iglesia católica.
Mural de Diego Rivera muestra la ciudad prehispánica mexica de Tenochtitlán .