El Imperio de Corea (en hangul, 대한제국; en hanja, 大韓帝國; romanización revisada del coreano, Daehan Jeguk) fue un Estado satélite situado en la península homónima que sucedió a la dinastía Joseon.
La primera guerra sino-japonesa marcó el rápido declive de cualquier poder que la dinastía Joseon hubiese creado para lograr evitar interferencias extranjeras, debido a que las batallas del conflicto fueron libradas en suelo coreano y los mares circundantes.
La Reina Min (la última Emperatriz Myeongseong), la consorte del Rey Gojong, además reconoció este acontecimiento y formalmente estableció relaciones diplomáticas más estrechas con Rusia para hacer frente a la influencia japonesa.
Japón, viendo sus intereses en peligro por la reina, rápidamente reemplazó su embajador en Corea, Inoue Kaore, por Miura Goro, un diplomático con un trasfondo en el ejército.
En 1897, el rey Gojong, cediendo a la creciente presión tanto en el extranjero y las demandas de la opinión pública liderada por la Asociación de la Independencia, regresó a Gyŏngungung (hoy en día Deoksugung ).
La reforma Gwangmu tenía por objeto modernizar y occidentalizar Corea como titular al final de la revolución industrial.
Durante el período Gwangmu, los uniformes oficiales de estilo occidental se introdujeron en Corea.
En 1900, la vestimenta occidental se convirtió en el uniforme oficial para los funcionarios civiles coreanos.