[10] Independientemente, también antes del inicio de la pandemia por COVID-19, diversas investigaciones argumentaban que la reducción de la actividad económica ayudaría a reducir el calentamiento global y la contaminación del aire y el mar, permitiendo al medio ambiente recuperarse poco a poco.[11][12] Debido al impacto de la pandemia por COVID-19 en viajes e industria, muchas regiones experimentaron una reducción en la contaminación del aire.Un científico estimó que la reducción en las emisiones de partículas en China podría haber salvado al menos 77,000 vidas.La ralentización económica por el virus redujo drásticamente los niveles de contaminación, especialmente en ciudades como Wuhan, China, en un 25%.Las fábricas y los negocios cierran durante la última semana de enero para celebrar el festival del año lunar.[21] La reducción en NO2 en China no consiguió una calidad del agua de un estándar considerado aceptable por las autoridades sanitarias.[27] Debido al desplome del turismo y al confinamiento de la población en Venecia se ha observado un agua más clara (en algunas zonas incluso han llegado los peces y los delfines), aunque según el Ayuntamiento de la ciudad eso no significa una mayor calidad del agua, pues el sedimento que antes estaba en la superficie ahora permanece en el fondo.Esta conferencia era crucial ya que las naciones debían proporcionar contribuciones específicas mejoradas al Acuerdo de París, con ambición realzada.[36] La Iniciativa de Seguimiento del Carbono argumentó que China no debería estimular la economía construyendo estaciones de energía a carbón, porque muchas tendrán cashflow negativo y se convertirán en activos varados.
Los datos de TROPOMI muestran los niveles de NO2 en China a principios de 2020. Imagen del
Observatorio de la Tierra
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La reducción en tráfico de vehículos de motor ha llevado a una reducción de los niveles de contaminación del aire. Se muestra en el recuadro la autopista vacía A1 de Eslovenia el 22 de marzo de 2020.