Imaginería románica policromada en Cataluña

Estas esculturas policromadas proliferaron junto con las pinturas murales, los frontales de altar (o antipendios) y los relicarios.

Estos escultores siguieron para sus trabajos una pauta propia, mostrando cierta independencia respecto a las grandes corrientes de la escultura monumental.

De los ejemplares conservados no hay ninguno que pueda ser del siglo XI.

[3]​ Fueron las necesidades litúrgicas las que dieron la pauta para abordar los temas: Así en el altar donde se decía la misa había que poner un crucifijo; además desde el siglo XII hubo siempre algún altar dedicado a la advocación de alguna Virgen lo que requería esa representación de su imagen; y también los frontales de altar eran muy importantes así como los cristos en gran tamaño que a veces pendían ante el altar a modo de retablo; otras veces era un grupo escultórico, en especial el grupo del descendimiento y del calvario.

Surgieron los cristos majestad, con túnica larga y corona de metal añadida más tarde, ricas telas de motivos orientales o moriscos; eran cristos vivos con los ojos abiertos.

Los descendimientos se colocaban sobre una viga poderosa que cruzaba el ábside transversalmente por encima del altar.

En cuanto al tema de la Virgen sedente y con el Niño en su regazo, fue prolífico.

[6]​ Los pintores y escultores de imágenes desarrollaron su obra en las mismas zonas donde se movían los pintores que dejaron los frescos en los ábsides y paredes de las iglesias románicas, dejándose influenciar claramente por ellos.

Virgen con Niño (c.1200) conservada en el MNAC .
Descendimiento de Erill la Vall
Descendimiento incompleto de Santa María de Taull.
Virgen de Ger.