A mediados del siglo XV adquiere categoría parroquial, con lo que se proyecta edificar un templo de grandes dimensiones.
En la capilla se pueden observar máscaras y elementos con influencias sudamericanas, esto se debe a la persona que encargó su construcción, ecijano que en la época de la conquista de América realizó viajes al “Nuevo Mundo”.
Seguidamente se encuentra un retablo del siglo XVIII tallado en bajo relieve dedicado a las Ánimas.
La leyenda cuenta lo siguiente: Écija, en esta fecha, tuvo que ser dotada de un Cadí.
Para la elección se escogieron a varios distinguidos “santones” para que sirvieran de mesa electoral.
Desde aquella fecha se han sucedido multitud de elecciones y el pobre Santón sólo ha podido emerger la cabeza.