Más tarde, en 985 y según la Crónica de Sampiro, recibió sepultura en él Ramiro III, cuyos restos fueron trasladados a la seo de Astorga en 1165.
Este monasterio, de fines del siglo XI o principios del siglo XII, mucho más sencillo, es el que ha llegado a nuestros tiempos.
En el exterior se pueden ver varios restos, tal vez mozárabes, aunque parecen más arcaísmos que nos pueden llevar a bien entrado el románico.
[1] Se trata de dos pequeñas ventanas absidiales con arco de herradura, apoyados sobre columnas con basas áticas y un óculo compuesto por ocho pétalos.
Además hay en su interior, un capitel corintio del siglo IV que se usa como pila de agua bendita.