Idea imperial de Carlos V

La idea imperial de Carlos V, a veces calificada de monarquía universal, ha sido sujeta a muy distintas interpretaciones sobre su modernidad o medievalidad.

[1]​ Las oposiciones internas (Guerra de las Comunidades de Castilla[2]​ y Reforma protestante en Alemania) y externas (fundamentalmente su rivalidad con Francisco I de Francia y su ambigua relación con el Papado, continuidad de la medieval entre los dos poderes universales) también fueron decisivas en su definición.

En la historiografía es un tópico recurrente, sobre todo desde la polémica entre Karl Brandi y Ramón Menéndez Pidal (1937).

Se suele considerar como un fracaso la trayectoria de esa idea imperial, plasmado en sucesivas renuncias.

La primera renuncia fue la que afectaba a los territorios del Archiducado de Austria, que cedió en 1520 a su hermano Fernando I de Habsburgo, junto con la pretensión a sucederle en el Sacro Imperio (1531) y los territorios de la Corona de Hungría (1527).

Carlos de Habsburgo, adolescente, luce en este retrato de Bernard van Orley la condecoración borgoñona del Toisón de Oro .