Forma parte de los desayunos de muchas naciones anglosajonas, donde suele hacerse sobre grasa animal, y es parte integrante del tradicional desayuno inglés junto con el tocino frito (plato conocido como huevos con tocino).El huevo frito ideal es aquel que mantiene líquida la yema y los extremos de la clara cuajada empiezan a estar quemados (o 'crujientes' según los expertos); si bien esto no es una regla sine qua non.Estas dos partes se preparan juntas, y es habilidad del cocinero mantener los tiempos de fritura bien vigilados (por regla general entre los dos o tres minutos) para poder hacer un buen huevo frito con la textura y los aromas apropiados.[3] Una forma habitual de elaboración es emplear la espumadera para salpicar el aceite hirviendo sobre la yema durante la fritura.Algunas obras clásicas de la gastronomía como el "Larousse gastronomique" mencionan grasa de oca en su elaboración[5] y otros dan sabor al aceite con el que se fríe poniendo un queso que se funde al mismo tiempo.Por regla general se suele servir acompañado de otros ingredientes, si bien las recetas tradicionales aconsejan calentar previamente el plato para que el huevo frito no se tenga que ajustar a una diferencia de temperatura.Forma parte del Smørrebrød de la cocina danesa, en desayunos como los famosos huevos rancheros mexicanos.En Estados Unidos, en Gran Bretaña (en los pubs forma parte de los populares pub grubs) e Irlanda es considerado como un elemento del desayuno tradicional.
Detalle de huevo frito con unos granos molidos de
pimienta
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