En la Antigua Grecia aludía a un desprecio temerario del espacio personal ajeno unido a la falta de control de los impulsos propios, siendo un sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter irracional y desequilibrado, y más concretamente por Ate (la furia o el orgullo).La religión griega ignoraba el concepto de pecado tal como lo concibe el cristianismo, por lo que la hibris se consideraba la principal falta.Se relaciona con el concepto de moira, que en griego significa ‘destino’, ‘parte’, ‘lote’ y ‘porción’ simultáneamente.[3] Heródoto lo expresa claramente en un significativo pasaje: La concepción de la hibris como falta determina la moral griega como una moral de la mesura, la moderación y la sobriedad, obedeciendo al proverbio pan metron, que significa literalmente ‘la medida en todas las cosas’, o mejor aún ‘nunca demasiado’ o ‘siempre bastante’.En el Derecho griego, la hibris se refiere con mayor frecuencia a la violencia ebria de los poderosos hacia los débiles.Lo más común es relacionarla con la personificación del anterior concepto: insolencia, soberbia y falta de moderación e instinto.Píndaro, en este sentido, dice que Hibris, «la de voz insolente», es la madre del Hartazgo (Κόρος, Kóros).
Prometeo trae el fuego a los hombres, transgrediendo los límites impuestos por los
dioses
a los seres humanos.