Homosexualidad entre los antiguos celtas
La homosexualidad masculina ha sido descrita en las culturas celtas de la antigüedad por los antiguos autores griegos y romanos.[2] Su descripción del extendido erotismo entre hombres de los celtas no se ha conservado en su forma original; sin embargo, los recuentos sobre el tema incluidos en las compilaciones del historiógrafo Diodoro Sículo, así como en el retórico Ateneo de Náucratis (hacia el año 190), se remontan posiblemente a Posidonio.Los gaesetae ofrecían como mercenarios sus espadas por dinero, según las necesidades de otros jefes y tribus.[20] A su vez, señala que el amor homosexual parece no haber tenido importancia en la mitología celta y que los bardos celtas podrían haber evitado la introducción directa de aspectos homoeróticos en los mitos propios para garantizar los cultos a la fertilidad heterosexual.Sobre el origen del fenómeno no se puede decir nada con seguridad debido a la parquedad de las fuentes.Las relaciones sexuales entre nobles romanos y esclavos, tanto adultos como jóvenes, eran toleradas social y judicialmente hasta finales del siglo IV, pero parece que nunca terminaron de estar completamente aceptadas (véase: homosexualidad en la antigua Roma).Por lo tanto, es posible que los celtas cambiaran poco a poco sus costumbres respecto al comportamiento sexual pasivo entre hombres libres para adaptarlo al romano, por lo menos hasta el año 350, en el que ya sólo se aceptaba que fueran un aristócrata galorromano (en la parte activa) y un esclavo (joven) quienes mantuvieran relaciones sexuales, tal como era habitual en todo el Imperio en su última época.En este sentido, es interesante señalar que las antiguas leyes irlandesas Brehon del siglo VII, en su mayoría sin influencia cristiana y con origen en el derecho consuetudinario pagano, no criminalizan el comportamiento homosexual, a pesar de que reconocen la homosexualidad masculina como una razón para el divorcio de una mujer.