Una vez concluido los preparativos, se lanzó al espacio tripulando su globo que alcanzó un altura de 500 metros sobre la superficie y estuvo en el aire durante por lo menos unos 25 minutos para finalmente aterrizar en un lugar conocido como la zona de Tembladerani, sin mayores complicaciones.
[1] Pasaría unos treinta años del primer vuelo en globo del país cuando en el año 1901 desde Chile llegó a Bolivia el estadounidense Edouard Laiselle para realizar demostraciones de ascensión de su globo dirigible como espectáculo aéreo ante el público boliviano.
Durante sus inicios, ambos habían viajado a Francia para especializarse como pilotos aviadores en dicho país.
Pero sin embargo no logró ver que metros más allá se encontraba una red de hilos telegráficos que lo obligaron a girar rápida y bruscamente hacia un lado para esquivar pues debido a la poca altura en la cual estaba volando el avión y para no herir a algunos espectadores con el ala del aparato, Rapini decide realizar un aterrizaje forzoso y violento para no perder el control de la aeronave pero finalmente el avión cae a tierra del costado derecho.
[3] Debido a la fuerte caída, el fuselaje de la aeronave se partió a la mitad al igual que el ala derecha, el tren de aterrizaje se rompió así como también la hélice que causó desperfectos en el motor.
En cambio el piloto aviador solamente sufrió una herida en su pierna izquierda y un fuerte golpe en la cabeza pero sin mayores consecuencias afortunadamente.
El aparato carreteó unos metros en tierra pero dada la poca potencia de su motor no pudo elevarse.
Al año siguiente, en 1915 otros dos pilotos de nombre Clodomiro Figueroa y su aprendiz el boliviano Emanuel Aramayo, el cual obtuvo su brevete de piloto en Villa Lugano Argentina por sus propios medios.
Llegaron acompañados por los mecánicos Manuel Vergara y Guillermo Tapia, ambos de nacionalidad chilena.
Estuvieron recorriendo diferentes países de la región demostrando espectáculos aéreos y acrobáticos al público, llegaron también a Bolivia con sus aviones monoplanos de marca "Bleriot" denominados "Valparaíso" y "Tucapel", pero dichos aparatos tampoco pudieron levantar vuelo en territorio boliviano.
En 1917 el aviador Andrés Tomsich junto al piloto danés Albert Jarfelt, el argentino Antonio Chuimiento y el boliviano Horacio Vásquez lograron fabricar en Bolivia un avión tipo "Bleriot" denominado Biplano Cóndor con un motor "Argus" de una potencia 100 HP.
Sin embargo el 3 de abril de 1921 el avión SPAD S.XX tuvo fallas en el aire lo que ocasionó que descienda e impacte trágicamente en tierra donde lamentablemente fallecieron el piloto, el copiloto y nueve personas más del público que en ese momento se encontraban presentes en el lugar (El Alto) para observar las acrobacias del francés.
Pero cabe mencionar que con el prematuro accidente del caza triplano Curtiss 18 T2 ocurrido en 1921, dicha institución ingresó en un receso por un par de años más.
El comandante del "Cuerpo Aéreo Boliviano o Cuerpo Aéreo de Bolivia" durante la mayor parte de la Guerra del Chaco fue el mayor Bilbao Rioja, un piloto y oficial sumamente capaz que pasaba su tiempo estudiando la aviación europea y la estadounidense.
Bilbao Rioja ejerció una influencia considerable sobre las compras de equipo del cuerpo aéreo inexperto, también influyó en su organización y doctrina.
Una vez terminada la Guerra del Chaco en el año 1935, pues si bien existía un cese de hostilidades entre Bolivia y Paraguay, sin embargo cabe mencionar que aún todavía no existía ningún Tratado de Paz y Amistad que garantice la tranquilidad entre ambos países (el cual finalmente se firmaría en Buenos Aires recién después de tres años en 1938).
[8] Así mismo la aerolínea Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) que desde su fundación en el año 1925 se había convertido en el principal usuario de aviones alemanes Junkers en Bolivia, comenzó desde diciembre de 1936 a realizar las gestiones necesarias para traer desde la Alemania Nazi (1933-1945) el famoso avión Junkers Ju-86 pues estos eran más veloces y poseían una tecnología avanzada para la época.
Pero sin embargo, estos tres Junkers JU-86 A-1K, pese a que estaban equipados con ametralladoras y lanzabombas, a su llegada al país fueron entregados inicialmente al Lloyd Aéreo Boliviano; empresa que los utilizó como aeronaves de pasajeros y carga siendo bautizados con los nombres de: Junkers JU-86 A-1K (C/N 860234) "Mariscal Andrés de Santa Cruz", Junkers JU-86 A-1K (C/N 860237) "General Juan José Pérez" y finalmente Junkers JU-86 A-1K (C/N 860240) "Mariscal Antonio José de Sucre".
Estuvieron volando por alrededor de diecisiete años cuando ya por su antigüedad se decidió retirarlos definitivamente en el año 1955.
La década comienza cuando el 10 de marzo de 1940 se realizaron elecciones presidenciales en Bolivia que dieron como ganador al general Enrique Peñaranda Castillo (1892-1969) el cual era un militar que había dirigido operaciones durante la Guerra del Chaco contra Paraguay.
En los primeros meses del año 1941 llegaron a Bolivia algunos interesantes modelos de aviones entre ellos la aeronave Beechcraft UC-43 "Traveller" y una aeronave monoplana Ryan ST "Especial" que estuvo en servicio en la Fuerza Aérea Boliviana por unos tres años hasta 1944.
UU siguió con diversas entregas: Inicialmente se entregaron aviones de entrenamiento Curtiss CW-19R, Curtiss CW-22B Falcon, AT-6C Texan y bombarderos B-25J Mitchell,[10] seguido P-51D Mustang comprados del Uruguay, a mediados de 1956 por los bombarderos modificados para transportes Boeing B-17G Flying Fortress (Fortaleza Volante),[11] Curtiss C-46 y Douglas C-47 Skytrain.
Cabe señalar que la Fuerza Aérea Boliviana fue en la primera parte de su historia parte integrante del ejército boliviano que tenía a esta institución bajo control, y se volvió totalmente independiente en 1957.
En 1973 entró en servicio en la FAB el famoso T-33 o T-Bird con alrededor de cuarenta[14] aeronaves y nueve[15] cazas F-86F Sabre.
Bolivia iba a adquirir (para el 2009) 6 aviones L-159 ALCA e iban a ser estrenados el 6 de agosto (Día de la Independencia) pero el veto norteamericano (fruto de unas relaciones diplomáticas decaídas anteriormente) hizo imposible su compra, al igual que la adquisición del A-29 Supertucano, más adelante, porque ambos aparatos, a pesar de fabricarse en Brasil y en la República Checa, poseen numerosos componentes hechos en Estados Unidos como el motor del L-159 ALCA.
Debido a la frustrada compra, se decidió adquirir 12 aviones K-8 Karakorum de los cuales 6 ya están pedidos y los otros 6 en planes, la versión que llegará serla la K-8VB de exportación para Bolivia.
63 Pampa III de fabricación argentina, pero fue vetada la venta por poseer motor y componentes norteamericanos, esto impidió la transacción la cual iba a ser un acuerdo a cambio de gas natural boliviano.