Entre estos pueblos se encontraban xicaques, pechs tawahkas y misquitos que, en su conjunto, formaban la mayoría de la población del país.
[11] Luego, Hernán Cortés movido por los informes que había recibido sobre la gran riqueza del país, envió dos expediciones; una por tierra y otra por mar.
A raíz de esta situación, surgieron dos alianzas: Los anexionistas, compuesto en su mayoría, por las familias ilustres y miembros del partido conservador.
En esa reunión se acordó imprimir una circular para que los ayuntamientos en cabildo abierto recabasen el voto de los pueblos con respecto a la anexión en un plazo muy breve.
Pero vanos fueron sus esfuerzos, porque la mayoría de la Junta Consultiva, liderada por Gabino Gaínza, e influenciada por los conservadores, determinó que Centroamérica no tenía los elementos suficientes para constituirse como nación independiente.
Ante esta situación, los ejércitos de los países centroamericanos formaron una alianza y obligaron al filibustero abandonar Nicaragua en 1857, regresando este a Estados Unidos.
El General José María Medina se desempeñó como presidente varias veces durante ese período, pero una intervención de Guatemala en 1876 lo sacó del poder junto a sus partidarios.
La administración de Bonilla modernizó los códigos civil, mejoró las comunicaciones, e hizo un esfuerzo por resolver la alargada disputa fronteriza con Nicaragua.
La empresa de los Vaccaro, como lo hicieron más tarde otros concesionarios en la Costa norte, aprovechó los privilegios que le otorgaban las concesiones para exportar banano desde La Ceiba.
Las primeras medidas fueron pacificar el país y someter a los jefes rebeldes del antiguo régimen de Manuel Bonilla.
No obstante, Carías encontró maneras de usar su influencia y nominó a Juan Manuel Gálvez como candidato por el Partido Nacional.
Ante esta coyuntura, el vicepresidente, Julio Lozano Díaz repentinamente suspendió la legislatura y anunció que actuaría como presidente hasta nuevas elecciones.
La opinión pública, sin embargo, se estaba convirtiendo cada vez más hostil al presidente, y los rumores de su inminente caída había comenzado a circular.
Hubo levantamientos dispersos durante los años iniciales de Villeda Morales en el poder, pero los militares permanecieron leales y aplastaron rápidamente los disturbios.
[3] El PLH ignoró los deseos de su presidente y nombró a Modesto Rodas Alvarado, una figura carismática, muy partidista pero considerado izquierdista.
Todas las señales apuntaban a una victoria aplastante del partido Liberal, un resultado que los militares encontraron cada vez más difíciles de digerir.
El Salvador se unió poco después, y en 1965 celebró su CONDECA su primer ejercicio militar conjunto en la costa caribeña de Honduras.
Miles de trabajadores y campesinos hondureños habían ido al gobierno a pedir armas para defender su nación.
[42][43] Una vez en el gobierno, Cruz parecía estar a la altura de los términos acordados entre las fuerzas vivas y los partidos políticos.
[44][45] Las Fuerzas Armadas de Honduras reaccionaron al escándalo, destituyendo a López Arellano y reemplazándolo con el coronel Juan Alberto Melgar Castro.
Estos organismos sugirieron la derogación de las concesiones bananeras, acto que fue llevado a feliz término con el Decreto-Ley No 253.
Hubo acuerdo general sobre el nombramiento de Paz García como presidente interino, por lo que las disputas se centraron en la composición del gabinete.
El trabajo fue lento, y las elecciones inicialmente previstas para agosto de 1981 tuvieron que ser pospuestas hasta noviembre.
Además, los oficiales más conservadores de la cúpula militar, pensaron que Álvarez llevaría al país a una guerra abierta contra Nicaragua.
Mejía Arellano y José Azcona se atacaron entre sí aún más, que al mismo Callejas, candidato de la oposición.
También destacó la creciente deuda nacional y se comprometió a cumplir con las políticas exteriores guiadas por el principio de no intervención.
La crisis energética que al comienzo del mandato generó interminables apagones eléctricos, trajo perjuicios añadidos a la economía nacional.
[60] "Su diligente gestión de la reconstrucción, que involucró una copiosa ayuda internacional, palió mayores daños humanitarios y su administración, no se vio empañada por la corrupción.
Ese mismo día, los militares depusieron a Zelaya y el Congreso eligió para sustituirle al también liberal Roberto Micheletti".
[66][67] Solo "Estados Unidos, Colombia, Canadá, Panamá, Costa Rica y Perú, le dieron su reconocimiento automático después de observar las masivas elecciones.