El tegumento exterior, con un marcado anillamiento, no se corresponde con la metamerización interna.
El tracto digestivo acaba en un ano, donde finaliza en la ventosa posterior (cotilo).
La cabeza posee formaciones nerviosas y órganos sensoriales (visuales, olfatorios, táctiles).
Con dos corazones, el sistema vascular incluye un vaso dorsal que transporta la sangre hacia el frente del gusano, y un vaso longitudinal ventral que transporta la sangre en la dirección opuesta.
Los hirudíneos son depredadores y se alimentan de pequeños gusanos, gasterópodos, crustáceos, larvas, renacuajos, alevines, insectos, etcétera.
Denominados ectoparásitos, no son realmente parásitos ya que llevan una vida independiente, siendo su alimentación una depredación sobre especies distintas.
Hirudo medicinalis mantiene esta relación digestiva simbionte con la bacteria Aeromonas hydrophila que, además, se mantiene en cultivo segregando el antibiótico natural penicilina que la protege a ella y a la sanguijuela.
Como ejemplo de sanguijuelas no hematófagas, Erpobdella punctata mantiene esta sociedad digestiva con tres bacterias simbiontes a la vez: Pseudomonas, Aeromonas y Klebsiella.
Las bacterias pasan del progenitor a la progenie, con la cápsula de incubación ("cocoon").
Las sanguijuelas comparten probablemente un antepasado común con los oligoquetos, como se refleja en algunas especies de rasgos intermedios entre los dos grupos.
Esta estructura, dispuesta en forma de anillo en torno al tracto inicial del tubo digestivo, puede ser ya considerada un cerebro: un sistema de integración para estímulos e impulsos formado por células nerviosas.
Las sanguijuelas verdaderas con dos ventosas (anterior y posterior), de la subclase Euhirudinea, están clasificadas en dos órdenes: Se organizan del siguiente modo:
Branchiobdellae Acanthobdellidea Arhynchobdellida Rhynchobdellida Se encuentran mundialmente en todos los hábitats húmedos o acuáticos, excepto polares y marinos.