Hilda Hilst

En 1937 Hilda entró como alumna interna en el colegio Santa Marcelina, en São Paulo, donde cursó primaria y secundaria con brillantes resultados.Su primer libro, Presságio, publicado en 1950, fue recibido con gran entusiasmo por los poetas Jorge de Lima y Cecília Meireles.Según la investigadora alemana Mechthild Blumberg, la prosa de Hilda Hilst se caracteriza por la “inquietud metafísica y la invención literaria”.Se manifestó en público a favor de la libertad femenina, en el ámbito profesional, artístico, amoroso y erótico.[...] Hilda produjo una buena literatura y sabía desafiar la moral", afirma el escritor Fernando Bonassi (en: O Estado de São Paulo, 5/2/04).Cristiane Grando ha dicho de su obra: Leer a Hilda Hilst es como sumergirse en un universo literario complejo y laberíntico (...) Leer a Hilda Hilst significa entrar en contacto con la dinámica de la vida, con la complejidad humana y del propio texto, en una combinación refinada de sonidos, palabras e imágenes: “No me busques ahí / Donde los vivos visitan / A los llamados muertos.Alcir Pécora, por ejemplo, afirma que resulta impropio catalogar las novelas de Hilst como eróticas o pornográficas.Sin embargo, Krzyszrof Kulawik[3]​ detecta que a menudo se ha citado a Hilda Hilst y su narrativa junto con otras narradoras brasileñas contemporáneas como Cassandra Ríos y Adelaide Carraro, caracterizadas por su narrativa erótica.Kulawik relaciona esto con el carácter subversivo que Ana María Brenes-García atribuye a lo erótico en el campo de la creación literaria: “[pornographic fiction as] part of a revolutionary process whose goal would be to unmask the normative cultural categories of gender and sex[5]​”.Nelma Medeiros[6]​ se posiciona al lado de Kulawik y concibe a Hilda Hilst como una musa anti-pornográfica, pues su obra, al mostrar de manera escatológica tanto la ascesis mística como lo erótico-pornográfico, las diatribas, las peripecias y el derrumbamiento de lo sexual, muestra el ridículo implícito en las censuras morales y sociales de lo erótico y pornográfico.Como escritora, mujer, los prejuicios son más intensos porque no se le otorga autoridad literaria y porque vulnera la ley moral.Hilda Hilst escribió durante casi cincuenta años y fue galardonada con los más importantes premios literarios de Brasil.En 1962 recibió el Premio PEN Clube de São Paulo, por Sete Cantos do Poeta para o Anjo (Massao Ohno Editor, 1962).En 1981 la misma asociación galardonó a Hilda Hilst con el Grande Prêmio da Crítica al conjunto de su obra.Rútilo Nada, publicado en 1993 por la editorial Pontes, recibió el premio Jabuti al mejor cuento.Sin embargo, según confesó la propia escritora en una entrevista a Cadernos de Literatura Brasileira, su trabajo buscaba esencialmente reflejar la difícil relación entre Dios y el hombre.