Un 40 por ciento de las hernias de hiato son hernias deslizantes, en las que el EEI protruye conjuntamente con una porción del estómago,[3] y sólo un cinco por ciento son paraesofágicas, en las que sólo una porción del estómago se hace intratorácica, mientras el EEI permanece intraabdominal.
Si hay sobrepeso, se deben indicar técnicas para pérdida de peso.
Cuando los síntomas causados por una hernia de hiato son tan severos que se asocia a un reflujo ácido crónico del abdomen, a menudo se recomienda un procedimiento quirúrgico conocido como fundoplicación de Nissen.
El procedimiento consiste en una laparoscopia en la que la parte superior o fondo del estómago se envuelve alrededor de la porción inferior del esófago, previniendo así subsecuentes herniaciones y el reflujo gastroesofágico.
Algunas complicaciones incluyen disfagia (dificultad para tragar), náusea, distensión abdominal y desprendimiento de la envoltura.
Sin embargo, pueden ocurrir complicaciones serias: Una hernia de hiato no causa síntomas por sí misma.