Según todos estos comentarios de los historiadores, Aníbal era un excelente estratega como varios otros personajes: Alejandro Magno, Julio César o Napoleón Bonaparte.Para compensar esta pérdida, Amílcar marchó a Iberia, donde se apoderó de vastos territorios al sudeste del país.[47][48] En efecto, Aníbal perdió su ojo derecho[8] durante una batalla menor[28] y utilizó este medio de transporte para no entrar en contacto con el agua.Parecía obvio que la flota cartaginesa podría atacar y desembarcar hombres en cualquier punto del sur de la península itálica o Sicilia, teniendo recursos suficientes para evitar buscar un cruce por los Alpes.No obstante, en los pantanos que había en las llanuras, Aníbal perdió gran parte de sus fuerzas y, al parecer, a sus últimos elefantes.Tras atravesar territorio picentino, marrucino y frentano, el ejército cartaginés llegó al norte de Apulia, devastando cuanto se encontraba a su paso.[84] Fabio estableció su campamento 30 kilómetros al sur, en la ciudad de Larinum,[85] aunque fue llamado poco después a Roma para atender unos oficios religiosos.Estos a su vez establecieron un segundo campamento de avanzada cerca del ocupado por los romanos, mientras mantenían el que originalmente tenían en Geronio.Aníbal envolvió a los romanos, reduciendo el área del campo de batalla y eliminando así su ventaja numérica.[5] Entre los muertos figuraban el cónsul Lucio Emilio Paulo,[21] dos excónsules, dos cuestores, 29-48 tribunos militares y 80 senadores (25-30 % del total de sus miembros).Se ha afirmado a menudo que si Aníbal hubiera recibido el equipo necesario procedente de Cartago, habría encabezado un ataque directo contra Roma.El modelo romano se tornaba excesivamente opresivo en materia económica y reducía la participación de los nativos en la administración pública.La ciudad (hoy en día conocida con el nombre de Santa María Capua Vetere) «ofreció a los soldados cartagineses numerosos placeres que ablandarían sus fuerzas».Se enfrentó allí en la primera batalla de Nola con Marcelo sin éxito, dejando el área con dirección a Acerra, la cual fue abandonada por su población y destruida por los púnicos.Estos hechos le hicieron intentar nuevamente la toma de Nola, defendida al igual que unos meses antes, por el ahora procónsul Marcelo.En la campaña del año siguiente, 214 a. C., el general cartaginés saquea las campiñas cercanas a Cumas y se dirige sin éxito contra la ciudad portuaria de Puteoli, también en Campania.Los romanos enviaron allí al pretor Marco Valerio Levino con la flota y la legión que tenía en el Salentino para contrarrestarlo.[23] La presencia del ejército cartaginés acampado junto al río Anio a tres millas de las murallas, sembró el pánico entre la población, acuñándose la famosa frase Hannibal ad portas.La infantería romana llegó a formar para dar batalla, pero finalmente el combate no se produjo y Aníbal optó por retirarse.El acuerdo con la Liga Etolia permitió igualmente replegar la legión romana que operaba allí al inicio de la campaña del año siguiente.Roma estaba económicamente ahogada y con graves dificultades de reclutamiento tras sus últimos reveses, lo que había retrasado el alistamiento del año anterior.En Hispania mientras tanto, Escipión conquistó Carthago Nova (actual Cartagena, llamada por los cartagineses Qart Hadasht) en una ofensiva relámpago[9] Aníbal perdía terreno progresivamente y apenas daba abasto para ir a socorrer las ofensivas que de manera simultánea y en diversos puntos le planteaban los diversos ejércitos romanos que operaban en el sur de Italia.Con su ejército nuevamente operativo y abundantes fondos, se preparó para iniciar su viaje a Italia por vía terrestre emulando lo que hiciera su hermano Aníbal once años antes.Tras recibir refuerzos en Metaponto, Aníbal se dirigió nuevamente a Apulia donde esperaba la llegada de su hermano Asdrúbal Barca para marchar sobre Roma.Gravemente herido en la batalla, tras ser llamado desde Cartago trató de unirse a su hermano en África embarcando las tropas que le quedaban, pereciendo durante el trayecto.Sin embargo, las tácticas romanas habían evolucionado tras 14 años, el intento de encierro fracasó, y los cartagineses fueron finalmente derrotados.Para este último, Aníbal se convirtió en un incómodo invitado y el rey bitinio decidió traicionar a su huésped[17] que residía en Libisa, en la costa oriental del Mar de Mármara.Bajo la amenaza de ser entregado al embajador romano Tito Quincio Flaminino, Aníbal decidió suicidarse en el invierno del 183 a. C.[28][113] empleando un veneno[31] que, según se dice, llevó durante mucho tiempo en un anillo.[cita requerida] Durante generaciones, las matronas romanas continuaron relatando a sus hijos cuentos terroríficos acerca del general cuando se portaban mal.Pero Aníbal respondió: «Yo mismo, en mi juventud he conquistado Hispania y atravesado los Alpes con un ejército, hechos que han sucedido por primera vez desde Heracles.
Aníbal contando los anillos de los caballeros romanos caídos en la
batalla de Cannas
(216 a. C.).
Mármol
de 1704 esculpido por Sébastien Slodtz, que actualmente se expone en el
Museo del Louvre
.