Batalla de Zama

Escipión, que ahora era lo suficientemente poderoso, propuso poner fin a la guerra al invadir directamente la tierra natal del cartaginés.El Senado, persuadido por Fabio Máximo, se opuso inicialmente a este ambicioso plan.Los romanos realizaron la estrategia de abrir pasillos entre sus filas para dejar pasar a las bestias, aprovechando la ocasión para saetearlas.Los que no fueron alcanzados y muertos huyeron despavoridos hacia el desierto.Los cartagineses formaron tres unidades, colocando a los ochenta elefantes al frente.Los romanos adoptaron la disposición clásica de batalla de la legión, denominada triplex acies: con los lanceros hastati en primera línea, los veteranos príncipes en segunda y los lanceros triarii, armados con lanzas largas, detrás.De acuerdo con Apiano, entre los mandos romanos y aliados númidas que secundaron a Escipión durante la batalla, estaba el propretor de la flota con base en Cerdeña, Cneo Octavio, un legado llamado Minucio Termo, Cayo Lelio, Dacamas y Masinisa.Masinisa ordenó cargar a su caballería númida contra la menos numerosa de Tiqueo.Atacados desde los flancos por las lanzas de los legionarios, los elefantes murieron o retrocedieron hacia las líneas cartaginesas.Sin embargo, Escipión había deducido su estrategia y decidió contrarrestarla mediante la imitación, por lo que él también ordenó formar una sola línea con los hastati, princeps y triarii, igualando así la longitud del ejército de Aníbal e impidiéndole envolverle.Las bajas cartaginesas se elevaron a alrededor de 20 000 muertos,[17]​ junto con 11 000 heridos y 15 000 prisioneros.[19]​ Sus acciones militares quedarían condicionadas a la autorización romana, algo que, junto con diversas humillaciones, terminaría desembocando en la tercera guerra púnica, en la que la ciudad de Cartago sería finalmente arrasada.
Disposición de los ejércitos.
Batalla de Zama
Animación de la batalla, mostrando el intento de pinza de Aníbal y las contramedidas de Escipión.