Los mercados llegaron a ocupar una zona de 10 hectáreas comprendidas entre los distritos I, II, III y IV de la ciudad, su centro geográfico estaba en la orilla derecha del río Sena.Los mercaderes instalaban sus puestos particulares cercanos a los comercios fijos de los fabricantes.Fue así cómo la calle Grand Friperie se convirtió en un mercadillo (rastro).Progresivamente fueron incorporándose otros mercaderes que vinieron a engrosar los comercios ya existentes.Su expansión alcanzó tal magnitud que Felipe Augusto hizo construir los primeros mercados cubiertos para los vendedores de paños y los tejedores, pero el mercado continuó creciendo, de forma y manera que, en el siglo XVI, se proyectó su reorganización ampliando las calles adyacentes.Se construyeron nuevas casas con sótanos o galerías porticadas que fueron conocidas como pilares de las Halles, que desaparecieron cuando se construyó el pabellón Baltard.La Revolución francesa, tras el Primer Imperio modificó la concepción urbana de la ciudad.Fueron seleccionados cuatro arquitectos: Jean Nouvel, Winy Maas, Rem Koolhaas y David Mangin.El proyecto del arquitecto y urbanista francés David Mangin obtiene los votos necesarios para su realización, aunque no se llevará a cabo según sus planes.Comprende, a la vez: Le falta, no obstante, una superficie de productos alimentarios y una buena señalización.La película de Marco Ferreri No tocar a la mujer blanca (Touche pas à la femme blanche) se rodó en este lugar, así como la película El inquilino de Roman Polanski.Pero la más famosa de las películas sobre la vida alrededor del mercado es Irma la dulce, dirigida en 1963 por Billy Wilder e interpretada por Jack Lemmon en un papel de policía despistado y por Shirley MacLaine como ingenua prostituta.