Halina Czerny-Stefańska
[5][3] Tal y como se supo 50 años más tarde, la concesión del primer premio ex-aequo fue una decisión política que no reflejaba la valoración de su interpretación, ya que Halina Czerny-Stefańska obtuvo una puntuación más alta del jurado y debió haber sido proclamada ganadora en solitario.Emprendió una gira por París, Viena, Bruselas, La Haya, Londres, Praga, Moscú, Budapest e incluso Estados Unidos, donde tocó en las mejores salas de conciertos y fue solista con prestigiosas orquestas y directores de orquesta como Jan Krenz, Stanisław Skrowaczewski, Henryk Czyż, Stanisław Wisłocki, Witold Rowicki, Vaclav Smetaček, Kirill Kondrashin, Adrian Boult, Georg Solti y Zubin Mehta.En 1962 pasó varios meses de gira por China, Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda y Tasmania.Halina Czerny-Stefańska debe su extraordinaria consideración internacional no solo a su talento, sino también al duro trabajo diario.Ella pensaba que uno no podía pasar la vida en constante búsqueda de la interpretación ideal.[3][2] Comenzó su tarea pedagógica en los años 70 dando clases magistrales para pianistas en Weimar, Darmstadt, Hamburgo, Lugano y Tokio.Durante largos años fue miembro del jurado también del Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin,[7] así como de otros muchos en París, Bucarest, Zwickau, Bolzano, Atenas, Budapest, Colonia, Tokio, Tel Aviv, Bratislava y Helsinki, entre otros.Como se pensaba que este era el único registro suyo de esta obra, el disco no tardó en convertirse en una referencia unánimemente aplaudida.[8] La discografía de Halina Czerny-Stefańska incluye grabaciones para los sellos Deutsche Grammophon, Decca Records, Emi Classics, His Master's Voice, Polskie Nagrania "Muza", Supraphon, Selene, Pony Cayon, RCA Records, RCA-Japón y Telefunken.En su obituario, el Daily Telegraph reseñó la sintonía de Czerny-Stefańska con el gobierno comunista del general Jaruzelski, bajo cuyos auspicios ofreció numerosos conciertos.