Václav Smetáček

Las actividades de este grupo se prolongaron durante los siguientes veintisiete años y permitieron a Smetacek desarrollar su inmenso talento de oboísta.

Además, escribió un método para aprender a tocar el instrumento, que es aún una autoridad en la formación de solistas.

Director de gestualidad firme y muy detallista en las acentuaciones, Smetacek llevó a cabo una amplia labor discográfica enfocada sobre todo a los autores checos, sin olvidar el sinfonismo de la era romántica y postromántica, hasta Stravinski.

Aunque estaba muy enfocado a la música sinfónica, Smetacek también fue un buen director operístico del repertorio eslavo principalmente.

Debemos a Smetacek el redescubrimiento del Concierto para oboe (en fa mayor, op.

Tumba de Václav Smetáček
Al final de un intenso día, la música de Václav Smetáček, coreografía de Jarmila Kröschlová, 1932.