Las haciendas en Yucatán fueron organizaciones agrarias que surgieron en el siglo XVIII a diferencia de lo que ocurrió en el resto de México y en la América hispana, en que estas fincas se establecieron casi inmediatamente después de la conquista y durante el siglo XVII.
En Yucatán, por razones geográficas, ecológicas y económicas, particularmente la pésima calidad del suelo y la falta de agua para regar, tuvieron las haciendas una aparición tardía.
[1] Ya en el siglo XIX, durante y después de la llamada guerra de Castas, se establecieron las haciendas henequeneras en una escala más amplia en todo Yucatán, particularmente en la región centro norte, cuyas tierras tienen la vocación para el cultivo del henequén.
El ingeniero Enrique Vales Monforte fue su propietario hasta 1996, año en que la propiedad pasó a manos de una empresa particular que la restauró y habilitó para darle nueva vida como hotel.
Esta y la casa de máquinas forman una escuadra que delimita la plaza principal.
Distingue los edificios de esta hacienda el diálogo de elementos coloniales con modernas formas geométricas en justo equilibrio entre la monumentalidad y la escala humana.
La restauración de la chimenea implicó su limpieza detallada y el reemplazo de las piezas dañadas empleando mezcla y colores iguales a los originales.