Por ejemplo, un gestor no necesita innovar, pero un empresario sí, y más un emprendedor.
En la lista de más abajo se marcan en negrita las habilidades específicamente empresariales.
Las habilidades empresariales pueden dividirse en personales e interpersonales:[4] Lo anterior no debe entenderse como que hacen falta todas y cada una de estas habilidades para conseguir el éxito empresarial, pero cuantas más se tengan, y en mayor grado, más probable será el éxito.
[16] Por otra parte, si el empresario o emprendedor se da cuenta de que no posee alguna o varias de ellas, puede intentar aprenderlas, por ejemplo mediante cursos de formación, o encargar tareas que las requieran a personas que sí las posean.
[18] Se considera por tanto que si el sistema educativo imparte habilidades emprendedoras habrá un mayor grado de emprendimiento.