[1] Cuando la carne está curada, posee un fuerte olor (incluso para los islandeses acostumbrados) que recuerda al amoníaco de algunos productos de limpieza.
[2] El curado del hákarl tiene como finalidad eliminar la cantidad de ácido úrico en los tejidos, no obstante es un lento y largo proceso que comienza con el lavado y despiece del tiburón, del que se eliminan los órganos internos y la cabeza.
Debido al fuerte olor que despide se suele excavar un hoyo en el suelo, algo alejado de las zonas habitadas y se entierra allí con piedras durante mes y medio si es verano o tres meses si es invierno.
Tras esta operación se deja secar en un sitio oscuro y bien aireado durante tres o cuatro meses.
Se suele servir con un aguardiente típico denominado brennivín.