Se denomina de forma popular como la “muerte negra”.
Suele acompañar en pequeños vasos a la ingesta de platos tradicionales en Islandia como el hákarl (tiburón fermentado).
A pesar de los fuertes impuestos que hay sobre las bebidas alchólicas, el brennivín es relativamente barato.
La bebida posee un sabor fuerte y un contenido alcohólico relativamente alto: 37,5%.
La medida no resultó efectiva y hoy muestra igualmente una etiqueta negra como marca característica.