El surströmming se vende en latas, que al ser abiertas liberan un olor fuerte y fétido.
Por este olor particular, parecido al pescado pasado o basura dejada al sol durante un par de días, el surströmming tiene mala fama en la cultura popular, pero el mal olor procede únicamente del líquido en que se preserva.
A causa de este olor, el plato se suele ofrecer en comidas al aire libre.
El arenque se pesca en primavera, cuando está en condición óptima y están a punto de reproducirse.
Sin embargo, ciertas aerolíneas han prohibido estas latas en sus vuelos, considerando como potencialmente peligrosos los contenedores presurizados.
Hay mucha gente que no aprecia el surströmming, y generalmente se considera como un gusto adquirido.
Pero ese único detalle, argumentan, no puede ser suficiente como para prohibir la venta del pescado.