Sin embargo, tuvo menos éxito contra los catalanes y regresó a Italia en 1332.
Su madre Juana realizó una enérgica lucha contra los catalanes durante su minoría de edad, la cual, sin embargo, tuvo un pequeño efecto militar pero lo empobreció.
Ahí tomó Arta y obligó al déspota Juan Orsini a reconocer la soberanía de Nápoles.
Sus intentos de recuperar Atenas y Beocia, sin embargo, se vieron frustrados por la alianza veneciana con los catalanes y fracaso de los catalanes a presentar batalla.
Su único hijo, Gualterio, murió de enfermedad durante la campaña, y regresó a Nápoles en 1332.
También se ocupó de sus tierras en Francia, y fue lugarteniente del rey en Thiérache en 1339.
Su esposa murió en 1340, y regresó a Italia en 1342, cuando la clase dominante florentina de ricos comerciantes lo llamaron para gobernar la ciudad.
Gualterio VI gobernó despóticamente, ignorando u oponiéndose directamente a los intereses de la misma clase mercantil que lo había llevado al poder.
Como no tenía hijos sobrevivientes, era evidente que su hermana heredaría el problema de sus bienes y reclamaciones.