La guerra fue, prácticamente, una repetición menos sangrienta de la ocurrida en 394 entre Teodosio I y Eugenio mediante la cual, el primero instaló a su hijo Honorio como emperador occidental.[3] Los motivos no están claros pero parece que actuaron por el temor a perder sus puestos e influencia en favor de oficiales orientales si Teodosio II se mantenía como emperador único.[5] La primera medida militar que tomó el nuevo gobierno fue organizar un ejército con las tropas de Italia y enviarlo a África en primavera de 424 para acabar con Bonifacio y controlar la diócesis, vital para mantener el apoyo popular.[12] La ofensiva marítima tuvo menos éxito ya que la flota fue destruida por una tormenta de la que pudo salvarse la nave capitana aunque, al arribar a la costa, Ardaburius fue capturado y llevado prisionero a Rávena.[15] Con ellos se dirigió a Rávena y aunque no fue capaz de llegar a tiempo para evitar la captura y ejecución de Juan, tuvo que luchar contra el ejército oriental que le hizo frente en una batalla cuyo resultado quedó indeciso.[15] Ante la perspectiva de alargar la guerra civil, se iniciaron, entonces, negociaciones entre ambos bandos y se llegó finalmente a un acuerdo: los hunos recibieron una cantidad de oro y se concedió una amnistía a los militares que habían apoyado a Juan: Aecio obtuvo un puesto importante en el nuevo gobierno y fue nombrado comes rei militaris mientras que Castino fue enviado al exilio en lugar de ser ejecutado.[16] Alcanzada la paz, se acordó el matrimonio entre Valentiniano y la hija de Teodosio II, Licinia Eudoxia.[17] Esto disgustó enormemente al primero quién había apoyado a Gala desde que muriese Constancio III y había sido un factor determinante para su victoria en la guerra civil por lo que esperaba ser nombrado para ese puesto.