Guerra civil romana (427-428)

[2]​ En 426 hizo asesinar a varias figuras religiosas entre las que sobresalió Patroclo, el obispo de Arlés y al siguiente año 427 puso su interés sobre Bonifacio, quien había consolidado un poder propio en África durante los años anteriores.

[10]​ Cuando las noticias del fracaso de la campaña llegaron al gobierno causaron una gran alarma, no solo por la derrota en sí sino por cómo se había producido gracias a que Bonifacio había conseguido cambiar la lealtad de las tropas en África y las de la expedición gubernamental hacia su persona con lo que había reforzado su posición independiente del gobierno.

[14]​ El ejército imperial arribó a la costa africana y Bonifacio optó por una estrategia diferente a la del año anterior: utilizó tácticas de guerrilla y se retiró paulatinamente hacia el oeste donde se hizo fuerte en la ciudad de Sitifis.[15]​[n.

2]​ Sigisvulto pudo tomar Cartago e instaló allí su cuartel general desde donde envió a Maximino para sondear a los líderes de la ciudad de Hipona, entre ellos Agustín, quienes era sabido que estaban en contacto con el rebelde.

[19]​ Bonifacio había resistido exitosamente tres campañas gubernamentales para eliminarlo, en 424, 427 y 428, pero las provincias africanas quedaron exhaustas por la presencia de tropas combatiendo en ellas.

[20]​ La retirada de efectivos desde la frontera con los númidas para hacer frente al ataque gubernamental llevó a que estas tribus acometiesen invasiones en toda regla y se hiciesen con una franja importante del territorio romano.

Tan pronto como mayo de 430 habían conseguido derrotar al ejército imperial en Calama y cercar a los supervivientes en Hipona.

[22]​ No cejó, con todo, en su política de eliminar a posibles rivales, y para 430 preparó acabar con Aecio, el exitoso general que comandaba las tropas en la Galia.