[1] Durante los primeros meses hizo poco por afianzar su control de la parte occidental lo que fue aprovechado por los altos funcionarios civiles para proclamar a Juan como emperador de Occidente sin que el general en jefe del ejército, Castino, se opusiera a ello.
Su control sobre la Galia no era seguro: su prefecto pretoriano en la región fue asesinado en Arlés en una insurrección del ejército.
[3] Juan esperaba poder llegar a un acuerdo con el emperador Teodosio, pero cuando este nombró al joven Valentiniano III primero César y después coemperador como Augusto, indudablemente influenciado por la madre, Gala Placidia, supo que la guerra no se haría esperar.
Las siguientes acciones militares no fueron concluyentes hasta que la guarnición de Rávena fue convencida para entregarlo a los imperiales.
Tras una escaramuza preliminar, Placidia y Aecio llegaron a un acuerdo: los hunos serían recompensados y se marcharían a sus hogares, mientras Aecio recibiría el puesto de magister equitum per Gallias o comandante en jefe del ejército romano en la Galia.