Guerra civil colombiana de 1851

Todas estas reformas produjeron grandes reacciones políticas que se expresaron en dos órdenes: por una parte, un crecimiento del liberalismo, al vincular sectores populares que empezaban a disfrutar de las bondades de la democracia y que expresaron su apoyo al gobierno de una forma bastante violenta, sobre todo en las provincias caucanas, donde los recién liberados esclavos recorrían los campos derribando cercas, asaltando propiedades y castigando con sus látigos de arrear ganado a los conservadores.

Esto que fue conocido como "la época del perrero", fue bautizado por el gobierno de López como "los retozos democráticos".

Esto produjo la protesta del arzobispo Manuel José Mosquera, quien en compañía de otros prelados fue enviado al destierro.

En el oeste, la provincia de Antioquia proclamó un gobierno federal independiente del central.

El general Tomás Herrera entonces marchó a Salamina y se enfrentó Braulio Henao.

Las llamadas milicias democráticas engrosaron las filas de la Guardia Nacional Auxiliar con numerosos voluntarios.

Los revoltosos se entregaron al gobierno central, el 10 de septiembre de 1851 en Rionegro el general Herrera venció al general Borrero otorgó indulto a todos los combatientes y se consideró extinguida la rebelión: «Con respecto al Ejército de Medellín, Antioquia, Santa Rosa y Marinilla, y a todos los demás individuos comprometidos de cualquier manera en la revolución, creo, señor, que la humanidad exige que se les extienda a todos ellos el indulto; más de tres mil individuos se han comprometido en este movimiento».

Presidente José Hilario López