En 1851, tras la abolición de la esclavitud y como general del Ejército, con el apoyo tres mil artesanos voluntarios de las Milicias Democráticas, logró derrotar a los esclavistas sublevados que amenazaban Bogotá.
En México, donde participó en los conflictos sociales de mediados del siglo XIX, llegó a ser el líder regional de las tropas del presidente Benito Juárez,[2] Melo murió fusilado en 1860, y sus restos reposan en México.
Una vez concluido el Congreso Admirable, se había sancionado una nueva constitución en mayo de 1830 y se había elegido presidente al rico terrateniente Joaquín Mosquera y vicepresidente al militar de vieja data, Domingo Caycedo, no sin una considerable oposición.
Encabezaron el levantamiento Santiago Mariño, Pedro Briceño Méndez, Diego Ibarra y Julián Castro.
En septiembre de 1846 Tomás Cipriano de Mosquera dio el control económico de su administración a Florentino González,[19] quien desde su posesión anunciaba cambios previstos en la nueva política gubernamental, líderes y representantes coincidían en cambios urgentes sobre el sistema tributario y nuevas estrategias que favorecieran ingresos nacionales aumentando las exportaciones, inversiones con capital extranjero y mejoras en la infraestructura que era la mayor preocupación.
Sin embargo desestimaron posibles consecuencias sobre el mercado interno y efectos sobre la producción nacional de manufacturas.
Las reformas propuestas por González dejaban al artesanado relegado a un papel retrogrado, en donde eran vistos como estorbos para la puesta en marcha de la “civilización” en el país.
El gobierno nombró entonces al general José María Obando (quien había sido presidente encargado en épocas de Santander) como general en jefe del Ejército del Sur para enfrentar las tropas de Arboleda que habían tomado Pasto.
El sector liberal se fragmentó en dos partes: comerciantes a quien llamaban Gólgotas, que estaban de acuerdo con las políticas del librecambio y socialistas, los artesanos Draconianos quienes defendían el proteccionismo.
El proyecto liberal, proclamó la supresión de resguardos, ejidos y barreras proteccionistas para dar paso al libre cambio.
[31] Melo organizó sus fuerzas en el llamado «Ejército Regenerador» y venció en la batalla de Zipaquirá permaneciendo en el poder durante ocho meses.
[32] El expresidente Mosquera organizó, financió y dirigió el ejército del norte que marchó desde Barranquilla.
El expresidente López encabezó el ejército del sur, que derrotó a los artesanos en Cali y viajó desde el Cauca, y el Huila, y Joaquín París Ricaurte (pariente de la primera esposa de Melo) comandó la división del Alto Magdalena que con tropas antioqueñas cruzó el río Magdalena por Honda (Tolima) y se unió a las tropas de Julio Arboleda, que habían tomado la región de Guaduas.
El gobernador liberal del Estado de Chiapas, Ángel Albino Corzo, convenció al presidente Benito Juárez para que autorizara su incorporación al nuevo ejército fronterizo que estaba envuelto en la guerra.
Juárez había rechazado toda intervención extranjera, como la del cónsul británico George Buckley-Mathew.
Tras veinte días, una vez hubo pasado las hostilidades de Ortega en la zona, se pudo comprobar que Melo había sido sepultado por los indígenas tojolabales frente a la capilla de lo que había sido la hacienda Juncaná.
[37] Eran hermano del sacerdote católico Manuel Vicente Melo Ortiz, quien se sabe, fue padre de varios hijos ilegítimos.
Melo por tanto era cuñado de Dolores Vargas París, quien a su vez era esposa del militar venezolano Rafael Urdaneta.