Al estallar la guerra civil española, Sanlúcar de Barrameda cayó al poco tiempo del alzamiento militar bajo el control del Bando sublevado, a cuyo mando estaba Gonzalo Queipo de Llano, nombrado Jefe del Ejército de Operaciones del Sur por Franco.
En los primeros momentos del conflicto los sublevados sofocaron los focos de resistencia y en los meses siguientes fusilaron a algo más de 80 ciudadanos.
[1][2] Durante el resto de la guerra la ciudad no sufrió combates ni destrucciones materiales, aunque murieron al menos 13 sanluqueños luchando en el frente del lado sublevado.
[3] Se conoce la identidad de las personas fusiladas gracias al diario personal del escritor local Manuel Barbadillo Rodríguez, cuyas anotaciones publicó en su libro Excidio.
A partir del 7 de enero de ese año, comenzaron los trabajos forzados.