Defendió apasionadamente los postulados dramáticos del Romanticismo y formó parte de la tertulia literaria conocida como El Parnasillo.
Recogió su obra poética desde 1835 en Poesías (Madrid: Vicente de Lalama, 1841), dos tomos, publicadas a instancias del Liceo artístico.
El primero contiene su creación lírica, cuyos ejes temáticos son el amor, la tristeza, el paso de la hermosura, el oriente, y son algo tópicas, salvo quizá "Un sueño de un sueño", que recuerda a Edgar Allan Poe.
El segundo, titulado Cuentos históricos, leyendas antiguas y tradiciones populares, de carácter narrativo, se abre con una introducción en verso donde enumera lo que va a evocar: brujas, castillos árabes, caballeros.
Uno está dedicado a Garcilaso de la Vega (1839), poeta al que admiraba mucho.