Las pruebas fueron duras y los candidatos tuvieron que realizar una composición en 24 horas en base a algunas obras en latín y romance.
Durante su magisterio desaparecería definitivamente el arpa y se introduciría las trompas.
Valls era conocido por haber sido favorecido por el archiduque Carlos de Habsburgo durante su estancia en Barcelona y Portero un fuerte proponente de los borbones.
[10] López Calo calificó a Portero como «compositor extraordinario».
Su estética se alinea con el stile antico del siglo XVIII, siendo uno de los mejores representantes en la península ibérica.
Diversas obras estaban «en poder de algunos sujetos de esta ciudad», por lo que el inventario presentado en 1760 no era completo y «no se acordó cosa alguna».
No se ha conservado ninguno de sus villancicos.