En este contexto era impensable hacer interpretar su obra en la catedral, puesto que no le dejarían o bien se trataría de una provocación.
No obstante, el monasterio benedictino de San Pedro era una institución que no se hallaba bajo la jurisdicción del Príncipe, y el padre de Mozart, Leopold Mozart, mantenía con ella excelentes relaciones.
Por tanto, se trataba del lugar idóneo para llevar a cabo el estreno.
Cabe destacar la influencia de los antiguos maestros alemanes como Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel.
Por otra parte, el Hossana que define al Sanctus aparece en la partitura como fuga a cuatro voces y orquesta, pero la escritura instrumental revela que falta un segundo coro a cuatro voces.