Algunos están muy decorados con estructuras elaboradas que pueden desempeñar funciones en la competencia espermática, y pueden usarse para diferenciar e identificar especies estrechamente relacionadas.
[4] Los machos de la subclase Pentazonia (que incluye a Oniscomorpha y Glomeridesmida) carecen de gonópodos pero poseen unos apéndices desarrollados conocidos como telópodos en la parte posterior del cuerpo y que utilizan para sujetar firmemente a las hembras durante la cópula.
[7] Su compleja morfología puede estar determinada por la competencia espermática u otras formas de selección sexual, con algunas estructuras que sirven para extraer o desplazar los espermatozoides de otros machos y otras que actúan para estimular a las hembras a ser sexualmente receptivas.
En las primeras etapas del desarrollo, todas las patas son marchadoras y no se pueden utilizar para determinar el sexo.
A través de sucesivas mudas, las patas marchadoras se metamorfosean en gonópodos maduros.